Entre la la ignorancia y hipocresía establecidas y mediatizadas, "la verdad oficial" es una quimera tan amorfa que uno ya no sabe qué creer. Cada uno cree lo que quiere. Todos "tenemos razón". O nadie la tiene.
Dice un chinito: Yo practico el no actuar, y el pueblo se transforma por sí mismo; yo prefiero la quietud, y el pueblo se corrige por sí mismo; yo no me ocupo de ningún asunto, y el pueblo se enriquece por sí mismo; mi deseo es no tener ningún deseo, y el pueblo se hace sencillo por sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario