jueves

Un poco de tarot para los amigos y para todos los demás



Podemos observar a un joven que va caminando despreocupadamente hasta llegar al borde de un precipicio. Lleva una mochila o hatillo atado al final de un palo y en una de sus manos sujeta una rosa blanca. El joven va mirando al cielo, sin atender a sus pasos, y está claro que no es consciente del precipicio que se abre ante él. A su lado, un perrito blanco intenta llamar su atención ladrando. En la esquina superior derecha podemos observar un radiante sol.

Alegre y despreocupado, el Loco va caminando distraído, mirando hacia el cielo (parece atender sólo a la búsqueda de inspiración), con el hatillo al hombro, un ligero equipaje donde lleva conocimientos, valiosos y elevados, pero aún escasos e incompletos por la falta de experiencia; y la flor blanca en la mano, nuevo recordatorio de su inocencia. El precipicio frente a él, al cual parece estar a punto de caer, representa los peligros que le acechan, que la despreocupación y la imprudencia del joven no es capaz de prever. Su ropa, bordada de tréboles y ruedas, símbolos de la fortuna, representa cuanto de arriesgado y de azaroso tiene su camino. El perrito que le ladra, que en otras barajas llega casi a morderle y en otras más es reemplazado u acompañado por un cocodrilo, símbolo de la sabiduría en varias culturas, representa la inteligencia y el sentido común que intenta vencer ese entusiasmo impulsivo alertando al joven de los peligros que se aproximan. La escena montañosa de fondo simboliza la elevación del alma humana, que si no va acompañada de experiencia y buen juicio puede hacer aún más dura la caída.

Se observará que en esta carta predomina el color amarillo, hasta los cabellos del Loco son dorados. Esto, juntamente con la presencia clara y evidente del Sol, indica que está bajo la influencia de Apolo, el Dios Sol, que incluso se encuentra simbolizado por el águila dibujada en el hatillo, ya que el águila según la leyenda, era el único animal capaz de mirar directamente al sol, y por la corona de laurel que lleva el Loco (el laurel estaba consagrado a Apolo). Apolo, dios de los poetas y los músicos, concede al Loco la inspiración (cercana a la locura como advierten varios filósofos) que le motiva a emprender su viaje, que es infinito, a la vez principio y fin (esta carta , que en la baraja Rider Waite es el cero, en otras barajas es la 21, es decir, el penúltimo de los arcanos, antes del Mundo). Esa inspiración también viene señalada por la varita de la que pende el hatillo, que es negra y tiene apariencia de bastón o de varita mágica. El Loco posee el potencial y el entusiasmo, la magia y el deseo, pero carece de prudencia y experiencia.

No hay comentarios: