Ir hasta el extremo es quedarse sin lugar,
porque el extremo no es un lugar,
más allá no hay espacio
y quien fue hasta el extremo
no puede ya retroceder.
Ir hasta el extremo consiste precisamente
en hallar la imposibilidad del regreso.
O quizà tan sòlo
la imposibilidad.
Y lo imposible no necesita lugar.
Siento que algo ha terminado.
No es la vida todavìa.
No es tampoco el poema,
ni la canciòn que me derrota,
ni el terco sueño que ata al hombre,
ni el antisueño que nos salva de dios.
-Debe ser el ir hacia las cosas:
ya he aprendido a dejar que ellas vengan.
Debe ser la raya de sumar:
ya las cuentas no me sirven de nada.
Debe ser la esperanza alternativa
de ir voceando tu nombre por la muerte.
-Siento que algo ha terminado.
Debe ser que algo empieza.
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